lunes, 6 de abril de 2009

Unas horas...


Solo me quedan unas tres horas y media para vestirme de nazarena e irme para la iglesia de mi hermandad a esperar la salida de la cofradía y poder así nuevamente acompañarla, esta vez, vestida de nazarena. Me hace mucha ilusión, estoy nerviosa pero tmbién por diversos motivos estoy triste.

Solo sé que voy en el último tramo, no sé a que altura, pero me da igual voy a ir viéndolo a Él todo el tiempo y si no lo veo intuiré de sobra que está cerquita de mí. Hace muchos años que no hago este camino vestida de penitencia y, aunque suelo hacerlo vestida de calle, todo será distinto. Yo no sé si tengo ganas de salir o simplemente de estar formada en la casa Hermandad, con las lueces apagadas, solo el paso encendido y, entre la multitud, estaré yo mirándolo todo el tiempo, preparada para salir... como muchos dicen, mi túnica está ya preparada aunque no esté colgada de ninguna lámpara, y mi madre está agobiada nada más de la de cosas que ve que tiene que hacer y que no le da tiempo a nada y todo porque va a planchar, por decimocuarta vez, la capa, ya ves, para lo que me va adurar planchada. En fin, espero que el día vaya genial y que mi Hermandad muestre a todo el pueblo la gran devoción y cariño que por Él y Ella, muchos de nosotros sentimos.

1 comentario:

  1. Nunca importa el lugar que se ocupa en la cofradía, lo importante es siempre estar.
    Prueba la satisfación que da el sacrificio voluntario de privarte de Ellos, El Señor y su Madre. Yo trato de experimentarlo en mi estación de penitencia y los frecuento lo menos posible, aunque sabes lo fácil que tendría ir a su lado, así me queda la ilusión de disfrutarlo el resto de días. Si no fuese así no sería estación de penitencia sería estación de gozo.
    Saludos.

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