domingo, 8 de marzo de 2009

Ponle flores...

El Lunes Santo pasado, tuve suerte de vivir un momento (o dos) que no había pensado vivir nunca. Puede parecer una tontería pero para mí fue increíble pues nunca antes tuve esa suerte. Estuve en la Capilla de San Nicolás de Bari, de donde sale la Hermandad de La Candelaria, a la que pertenezco. Tuve suerte de ver el montaje de las flores de dicho año, de oler su aroma antes que el resto de los sevillanos, de ver como poco a poco el paso iba cambiando. La Iglesia estaba perfumada por aquellas flores (lo siento pero el nombre era rarísimo y no lo recuerdo) y los claveles rojos iban formando, poco a poco, el monte del Señor. Fue un momento de esos tan mágicos que regala Sevilla en Semana Santa. Indescriptible el sentimiento que me enbargó en aquel momento, indescriptible la imagen de la Virgen ya preparada para visitar a todos los sevillanos que se encontrase a su paso.


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